lunes, 16 de marzo de 2009

Un grito y un portazo

Fandom: Crepúsculo

Sumario: Cuando uno es joven y feliz, cree que el amor alcanza, que es motivo y razón suficiente para adaptarse a cualquier cosa. Pero nunca lo es, y Reneé lo sabe bien.



Fue una tarde cualquiera. Fue notar que Charlie engordaba y que ella misma comenzaba a hacerlo. Fue sentir que había alcanzado la cima antes de lo previsto, que la vida no le deparaba nada más. Fue comprender que ni gritar ni llorar surtía efecto cuando se luchaba contra el tiempo, que los años eran años y que jamás podía volverse atrás. Fue la rutina. Fue cuando ya el sacrificio parecía absurdo y la lluvia constante no era una molestia sino un padecimiento insoportable. Fue la sensación de agobio, de encierro, el repentino odio a esa pistola en el perchero, a las nubes cargadas y a la comida congelada. Porque cuando uno es joven y feliz cree que el amor alcanza, que es motivo y razón suficiente para adaptarse a cualquier cosa. Pero nunca lo es, y eso era tan cierto y tan real como las maletas perfectamente acomodadas y las lágrimas en su rostro. Fue un arrebato de valor, fue creer que ellas dos, juntas, podían. Fue mirar a Bella y sentir que también merecía esa libertad que Forks no podía dar. Fue un ahora o nunca. Fue un grito y un portazo. Fue un adiós y un hasta siempre.

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