miércoles, 18 de marzo de 2009

Sonríeme

Fandom: CCS

Sumario: No dejan de caer, por alguna extraña razón aquellas pequeñas gotas no dejan de caer.



Lleva un rato así, dejando que aquellas pequeñas gotas de agua salada recorrieran su mejilla, sin darse cuenta de que con esa acción lo único que lograba hacer era perturbar al chico a su lado. Él trataba de hacer todo lo posible por tranquilizarla, sin éxito alguno, sintiendo que es su culpa, que la pregunta que hizo era la incorrecta y por esa razón ella lloraba.

Por unos instantes dejó sus propios sentimientos de lado, ignorando –o a menos tratando de hacerlo- el dolor punzante que se apoderó de su pecho al ver el resultado de su proposición. Nunca, que él recordara, la había visto llorar de aquel modo.

―Perdóname ―murmuró él, abrazándola contra su pecho―. Puedes rechazarme si quieres, pero hazlo sonriendo ―pidió.

Ella alzó la vista, para poder verlo. Sus ojos castaños brillaban por las lágrimas, mostrándose más expresivos que de costumbre. Pero no sonrió, sino que se separo de su lado y, antes de que el chico se diera cuenta, estrujó su cuello con sus manos, asfixiándolo.

―¿Rechazarte? ¿Rechazarte? ¡¡Estas tonto!! ¿No puedes notar que estoy llorando de felicidad? ¡Tonto Takashi! No sabes lo mucho que he esperado para que me hicieras esa pregunta y ahora me sales con que te rechace ―y volvió a llorar, aflojando el agarre del cuello del chico.

Yamazaki sonrió, un tanto extrañado pero feliz al fin y al cabo. Estrujó entre sus brazos a la persona que fue su amiga desde la infancia y pudo escuchar como ella se reía al corresponderle el abrazo. Alzó su rostro y le besó suavemente en los labios. Él le secó las lágrimas, con un poco de torpeza.

―Sonríeme Chiharu.

―Te sonreiré, siempre lo he hecho ―le dijo, completamente feliz.

―¿Sabías que el termino sonreír proviene de la antigua acción que realizaban los del mediterráneo… ? ―pero hasta ahí terminó su explicación, puesto que su prometida le tapó la boca, teniendo una pequeña venita en la frente.

―No arruines el momento ―murmuró, con el ceño fruncido. Yamazaki asintió, guardando silencio, pero al menos ya más tranquilo porque ella había dejado de llorar.

Aunque ahora venía lo complicado del asunto, y Chiharu lo tenía muy en cuenta, al fin de cuentas ella era la única capaz de querer casarse con un mentiroso compulsivo. La realización de la boda sería algo complicado, pero bueno, ella aceptaba ese ‘reto’, con tal de estar junto con su Takashi.

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