Sumario: Los hermanos están para ayudarse, para apoyarse eso lo sabe Chris quién esta dispuesto a todo para ayudar a su hermano, ahora que lo necesita. Slash.
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Tú no debías estar aquí. No, no y no. No debías estar en la posición en la que te encuentras: arrinconando contra una pared en pleno pasillo de la mansión Halliwell y con tu hermano metiéndote la lengua en la boca, impidiéndote pensar correctamente y reaccionar.
Quieres protestar cuando sientes que el beso se intensifica y, joder, quieres protestar por el beso mismo; pero no te da tiempo, porque el muy desgraciado te ha agarrado descuidado y cuando reaccionas ya lo tienes encima besando, lamiendo, mordiéndote el cuello, y sosteniéndote las manos. Cuando reaccionas estás atrapado.
Aparentemente atrapado, porque si lo piensas bien, en cualquier momento puedes orbitar para salir de la prisión en la que Wyatt te tiene, pero no lo haces, porque al igual que él, lo deseas; deseas lo que te está haciendo, deseas el placer que te da tenerlo tan cerca. Es por eso que los intentos de protesta se quedan en eso: intentos.
Sus manos se cuelan debajo de tu camisa, le pides que pare en un lastimoso gemido –un tanto patético, a tu parecer- que sabes que no escuchará, y en el fondo no deseas que lo haga, pero pedirlo es lo correcto, es lo que ustedes deben de hacer.
Ya no hay razón, la has perdido en el momento en que su mano se coló dentro de tus pantalones, en el momento mismo en que comenzaste a responder al beso con furia contenida, en el momento en que le miraste a los ojos y viste al Wyatt con el que creciste, a tu hermano y no el monstruo en el que se ha convertido.
Dios, cómo le extrañas. Sientes un gran alivio al ver esa mirada de amor, y poco a poco el miedo desaparece. Sabes que aún tienes oportunidad de detenerlo, de ayudarlo, algo de amor aún queda en él, aunque sólo sea hacia ti (pero el amor está presente y no serás tú quién se ponga exigente). Ya no luchas, ya no le pides que pare, te dejas arrastrar por él, por su deseo, y no te arrepientes porque si eso es lo que se requiere para volver a sentir a tu hermano, no importan las consecuencias de un después.
Si eso esto es lo que se requiere para volver a ver a tu hermano, por lo menos unos minutos, estás dispuesto a sacrificarte.
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