Fandom: House
Sumario: Ella no va a volver, aunque la llames.
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Se acercó a ti, acechante y sensual. Su cabello rubio acariciaba sus hombros suavemente, siguiendo el movimiento felino de su cuerpo. Sus ojos te miraban fijamente; tú eres su presa. Y eso te agrada.
Te aceras por detrás. Le sirves vino en su copa, tinto, Cabernet Sauvignon, añejo, su favorito. Sacas el estuche y se lo muestras. Era un collar, con una cadena de eslabones de plata y una piedra cuadrada, su piedra favorita, que hacía las de ataúd para una abeja reina. Pomposo y arrogante, como ella. Se dice que queremos a la gente por sus virtudes, pero las amamos por sus defectos. Ella debía de tener muchos, por cuánto la amabas.
Quedaba en su cuello perfectamente, como si fuese ese su lugar.
Estaba con tu pulóver favorito, el del gimnasio. En esos momentos, sucio y transpirado, gris con letras negras. Te gustaba porque era cómodo, no por otra cosa. Pero ella lo hacía ver más lindo; con él puesto, parecía una muñeca, tierna y dulce. Aunque, en realidad, no lo fuera, para ti si, y eso bastaba.
―James ―susurró―. Jamie.―Su voz era hermosa, como todo en ella.―James―gimió.―James―exigió.
Despiertas. Le calor de ella te llena, pero de repente te das cuenta de que ya no está. El frío de la soledad consume tu corazón. La angustia te llena. Ya no quedan más lágrimas, ni sollozos, ni dolor.
Sólo una helada sensación de vacío.
Te acurrucas, escondes tu rostro contra la almohada y respiras su aroma.
―Ámber.
Ella no va a volver, aunque la llames.
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