Sumario: El gran dia para los Asakura llega.
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Era una noche fría de otoño. La luna se alzaba sobre la mansión de los Asakura en Izumo. El joven Yoh observaba la luna, intentando relajarse. No le resultaría difícil hacerlo si lo que le esperaba al día siguiente fuese un combate. Pero no lo era.
-¿No podéis dormir, amo? –El espíritu acompañante de Yoh, Amidamaru, apareció a su espalda.
-No, Amidamaru, no puedo. Mañana es un gran día.- Yoh sonreía como siempre, de forma despreocupada, haciendo menores sus inquietudes.
-La joven Anna también debe de estar nerviosa. Ha trabajado mucho para que mañana salga todo bien.
-Si, lo sé. Incluso accedió a invitar a los chicos. Aunque me costó convencer a Anna de que Chocolove no actuaría después del banquete.- Dijo Yoh riendo. Se giró para ver el rostro del samurai.- Gracias por ayudarme tanto, Amidamaru. ¿Te importaría dejarme solo un momento?
-Claro que no, amo. Si me necesitáis, llamadme.- El espíritu habló antes de desaparecer.
Yoh salió de la habitación y caminó hasta la puerta de su prometida. Yoh sabía que, pese a la apariencia tranquila de Anna, ella estaría tan nerviosa y despierta como él.
-¿Puedo pasar?- Preguntó Yoh llamando a la puerta.
-Adelante.- Respondió la joven sacerdotisa.
Yoh entró en la habitación de su prometida, a la que halló observando la luna, tan tranquila como siempre.
-¿No puedes dormir?- Preguntó el chico.
-¿Acaso tú sí?
-Tampoco.- Rió Yoh. El chico caminó hacia la ventana, situándose junto a su prometida.
El tiempo pasaba, sin que ninguno de los dos dijera nada. Pronto amaneció.
-¿Nunca te he dicho “te quiero”, no?- Dijo el chico.
-Nunca, aunque tampoco es necesario.- Yoh se giró para mirar a los ojos a Anna.
-Te quiero.- Dijo el chico.
Ella no dijo nada. Se giró hacia Yoh, mirándolo a los ojos. Yoh se acercó a ella, y la besó. Cuando se separaron, se escuchaban pasos por el pasillo. Los habitantes de la mansión se preparaban para el gran acontecimiento.
-Debo ir a prepararme, Anna. Luego nos vemos.- Yoh caminó hacia la puerta.
-Yoh, espera.- El chico se giró.- Yo… también te quiero.
-Lo sé, Anna.- Yoh salió de la habitación, dejando a Anna sumida en sus pensamientos. Hoy se celebraría el día que tanto había esperado.
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