jueves, 16 de abril de 2009

Mujer

Sumario: Vivir junto a ella era algo más que una nueva aventura. Kate era la mejor causa por la que había luchado, a pesar de tener una mente retorcida y una sonrisa sarcástica siempre en los labios -sólo para él, claro- 

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Su sed no quedaba saciada del todo. Había necesitado mucha disciplina y muchos errores (sus “pequeños deslices”) para lograr el autocontrol que tenía en esos momentos. Los animales solían tener un sabor espantoso, pero había aprendido a alimentarse de ciervos y osos como antes lo había hecho con indefensos humanos. Nunca sería lo mismo y lo sabía, pero en su nueva vida (era curioso utilizar ese término por segunda vez) había muchas cosas más importantes que la sangre humana llenándolo por dentro.

Familia.

Ahora tenía una familia. En su vida humana había defendido el concepto de nación, de colectivo, de unión. Sólo ahora era capaz de sentirlo verdaderamente, comprender el valor de tener una auténtica familia a su lado. Siempre a su lado. Pero aunque Carmen, Eleazar y Tanya eran importantes para Garrett, nada podía compararse con ella.

Kate. Su Kate. La que tenía una mente retorcida y era capaz de usar su poder contra él si le tomaba demasiado el pelo. La que le decía “Tanya y yo nos vamos unos días, no quemes la casa” con una sonrisa sarcástica y que cuando él preguntaba por qué no podía ir le contestaba que eso eran “cosas de hermanas” mientras se encogía de hombros. La que se reía con carcajadas sonoras y sin complejos y no se avergonzaba ni siquiera un poco de hablar de los muchos amantes humanos que había tenido.

También era su Kate la que lo miraba a los ojos con entendimiento y comprensión cuando volvía a casa con la mirada teñida de rojo. Y por supuesto era Kate la que le hizo sentir por primera vez la importancia del contacto físico. Y emocional. Por eso cuando ella se abalanza sobre su hombro y le muerde de forma juguetona la oreja (y el cuello y el hombro...) Garrett sonríe mientras se las apaña para quedar el uno frente al otro y dejar que todo su cuerpo se deje guiar por el magnetismo que Kate ejerce sobre él. Se besan y se tocan, se sonríen cómplices, jadean sonoramente (y no precisamente porque estén cansados) y destrozan una inocente mesilla que ha tenido la mala suerte de estar demasiado cerca.

Entonces, estirados sobre el suelo y con Garrett recorriendo la espalda de Kate suavemente con una mano, ella le dice que te quiero, te quiero mucho. Y mientras Garrett le contesta con una enorme sonrisa de suficiencia en los labios que eso ya lo sabía yo y la besa antes de que puede replicarle, se da cuenta una vez más que no importa si su sed nunca vuelve a quedar completamente satisfecha.

Sabe que puede embeberse de Kate hasta la saciedad.

(Y aunque ella tenga aún peores pulgas, sabe mejor que cualquier oso)

1 comentario:

  1. Es uqe tú no tienes dignidad. Te han dicho miles de veces que pares, pero sigue que dándole la burra ¿que ganas con todo esto? NADA. Te diría que te consiguieses un novio o algo por el estilo, pero no me voy a rebajar a tú nivel. Pbre badficker incomprendida...

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